Shhhh… ¡Qué ruidoso es el aislamiento! Afuera el apocalipsis baja el volumen de la ciudad y a mí me está dando dolor de cabeza por el ruido dentro de mi casa. Las voces de fondo, de ese televisor dando lora aquí, del otro televisor dando lora allá. Se reportan otros infectados por Corona-virus. Shhhh. Lo sé, ya lo dijeron hace veinte minutos. Nuevamente se trata de un caso de alguien que viajó de Europa. El fin del mundo entra por esa pantalla y yo quisiera apagarla y esperar, simplemente, a que llegue lo inevitable sin saber por dónde ni cómo. Una gripa. Tengo una gripa, fastidiosa como toda gripa, pero ahora debo asustarme porque tengo una gripa. Una gripa. ¡Monumental por lo microscópica resultó esta crisis! pero es crisis, al fin y al cabo. Si me hubieran dicho que una gripa desabastecería los supermercados, cancelaría vuelos, metería a todos en sus casas, causaría la caída en las bolsas de aquí y allá, y dejaría a muchos sin trabajo, creo que le habría puesto pocas estrellas a esa película. Le faltaron los zombis… Sí, una mala película, trillada y con mucho ruido. Shhhh. ¿Me pregunto quiénes habrían sido los actores principales? ¿Will Smith habría destruido la nave madre o descubierto la cura al final?, ¿sobreviviría solo la gente bonita o solo la poderosa? La cifra de muertos aumenta en Italia. ¿En qué terminará todo esto? Estoy congestionada.
Resultó que el mundo es más frágil de lo que pensaba. Shhhh.
Llevo pocos días de auto aislamiento y ya no soporto el ruido del televisor, la especulación, las cadenas de whatsapp; no me soporto a mí misma. Me tengo que sonar. Y todo suena y suena y suena. Me tengo que seguir sonando y el televisor y la angustia de mi familia y amigos no paran. Shhhhh. No funciona bien el internet, no le encuentro ningún sentido a escribir una tesis en este momento y tengo un aburrimiento que se entremezcla con zozobra entre las cobijas y, otra vez, me tengo que sonar. Aislamiento de la gente y del mundo: ¿Aislamiento como regreso a una misma?, ¿cómo introspección? No sé si quiero introspección ahora. Toso. Es como si tirara una bomba a toda la humanidad. ¡Perdón! Me preocupan mis papás. Shhhh. Tampoco he podido silenciar mi cabeza. Shhhh. Justamente, no he podido callar mi cabeza y los televisores no me dejan escuchar. No escucho ni mi angustia. Shhhh. Qué difícil es desconectarse y tener silencio un momento cuando ese pánico colectivo se transmite tan rápido como el virus y busca su forma de entrar a la casa. Shhhh. Creo que soy una egoísta. Shhhh. Horrible y privilegiada mujer egoísta. Hago una pataleta en el fin del mundo. Shhhh. ¿Debería ir a sembrar limones? Shhhh ¿sería eso más empático de mi parte? Tendría más sentido en este momento… tengo dolor de cabeza. Última hora. Se confirma un nuevo caso en Bogotá. Sé que no debería quejarme, pero necesito silencio. Shhhh
Andrea Cagua es una historiadora encarretada con el olvido y los cómics. Vive entre Berlín y Bogotá escarbando viejos papeles y recuerdos mientras sigue aprendiendo esto de escribir y dibujar.
Ejercicio de escritura del taller De diarios íntimos y otros vicios, dirigido por Angélica González , Bogotá.
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