María Magdalena
País: Estados Unidos, Reino Unido, Australia
Año: 2018
Director: Garth Davis
Reparto principal: Rooney Mara, Joaquín Phoenix y Chiwetel Ejiofor
Género: Drama
Tráiler:
¿Quién de nosotros, en el poco o mucho conocimiento judeocristiano que culturalmente tenemos, no posee el imaginario de María Magdalena como una prostituta a quien Jesús de Nazaret salvó y redimió del pecado? Posiblemente nadie ha podido dejar de ficcionar para sí el episodio de las piedras que nadie lanzó a la Magdala porque el Cristo lo evitó gracias a la reflexión sobre la paja en el ojo propio, pues el relato bíblico nos ha calado hondo.
Sin embargo, puede que las cosas no hayan sido así y que en la terca (y muy masculina) versión de la historia cristiana que conocemos se nos haya bifurcado la verdad. Tal es la apuesta del filme de Garth Davis: según su relato el «pecado» de la Magdalena fue negarse rotundamente a ser una mujer sumisa en una época profundamente patriarcal. Rebelarse, nada más y nada menos.
Durante las casi dos horas de cinta se nos cuenta la forma en que una mujer proveniente de Magdala toma la decisión (¿decidir?, le pregunta incrédulo su hermano mayor en cierto momento) de no aceptar el matrimonio que han arreglado sus familiares sin consultarle, como era tradición. Su determinación es otra: seguir al sanador que predica la paz entre las personas y se propone llevar su enseñanzas sobre Dios a Jerusalén. Esta disidencia, que en principio le hace sentir culpable, se convierte en el primer atisbo de una fractura radical en su contexto que incluso redundará en la consideración de Jesús acerca de sus enseñanzas. De ahí en adelante no sólo se nos hará saber el camino que anduvo como apóstol (sí, como testigo primera del Nazareno), sino la forma en que influyó en este a la hora de considerar la prédica y la posibilidad de seguirle de forma equitativa para hombres y para mujeres.
Con todo, lo que se nos revela poco a poco es que no existía hombre, ni por apóstol que fuese, que soportara el hecho de que ese carácter contestatario la hiciera comprender y vivir mejor las palabras del Nazareno, pues este encontró en ella su mejor confidente. ¿Será que le molesta a la cristiandad aceptar que la seguidora más fiel de Jesucristo fue una mujer? Por supuesto que sí. El propio Pedro manifiesta constantemente este malestar; de hecho, uno podría pensar que la versión más patriarcal de esta religión comenzó con él, pues cuestiona en todo momento la presencia de María dentro del grupo de seguidores del Rabí, llegando incluso a culparla de su muerte.
Claramente, esta interpretación no es un capricho de los realizadores del filme. No. Hacia el final se nos cuenta que fue el Papa Gregorio en el 591 quien tergiversó la narración sobre ella. Y es frente a esta que la versión de Davis quiere ofrecernos algunas perspectivas respecto a aquella suerte de lilitización de la Magdalena en el devenir histórico del judeocristianismo: se demonizó de la forma más baja, como sucedió con Lilith, a una figura femenina sumamente importante para la rebeldía espiritual pregonada por el Nazareno. Por ello la creación del mito de su prostitución; por ello, asimismo, su papel secundario dentro de la tradición católica imperante.
Vale la pena verla por estos días.
Cineporfía: séptimo arte para la resistencia es un espacio creado con el propósito de compartir apreciaciones en torno a películas cuyas apuestas artísticas y políticas nos permitan reconocer y comprender con amplitud la trayectoria histórica, social y cultural de nuestro mundo.
La apreciación de este filme fue realizada por William Pascagaza Jiménez