Tan Taigi
(Edo, 1709-1771)
Se inició en la escritura de poesía en la escuela haikista de Edo, la actual Tokyo. El reconocimiento de su obra dentro de la tradición literaria japonesa no fue claro sino hasta mediados del S. XIX, cuando Masaoka Shiki, al que se considera el último de los cuatro maestros del haikú, reconoció y difundió su valor poético. La siguiente selección hace parte de Gato sin dueño (Satori, 2017), con traducción de Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala.
Con Tan Taigi comienza Contemplación y vida, el dossier de Haikú que seleccionará y comentará desde hoy el escritor colombiano Carlo Acevedo, quien admira y estudia desde hace varios años esta especial forma japonesa de expresión poética.
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En la honda noche
rompe el cerezo en flores
a las puertas del templo.
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Truenos. Relámpagos.
Suenan voces fantasmas
de un barco hundido.
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Pían los chorlitos.
Con el alba regresa
una mujer.
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Tarde brumosa
y en exceso serena;
cometas blancas.
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El largo día;
se me cansan los ojos
mirando al mar.