En el interior
no encontré
ni belleza
ni fealdad
pero hallé virtud…
Y la nada
como una vagina impenetrable…
Ese vacío estaba dentro de mí
y palpitaba como un corazón
y yo trataba de encontrar una palabra
y el vacío balbuceaba como un bebé
y ese vacío
resultó
siendo
el culo de Dios.