Un Lugar para Ti

Poesía colombiana: Laura Andrea Garzón

Tiempo de lectura: 3 minutos

Laura Andrea Garzón

(Bogotá, 1992)

 

Es profesional en estudios literarios, gestora cultural y autora del poemario Doméstico, que está siendo editado por La Pájara Pinta.

 

Este poemario explora la vida que hay en los diferentes espacios del hogar, materializa algunos escenarios en los que, quienes residen, se entregan a la intimidad de ser y de estar,  luchan con sus propios sentimientos y tratan de comprenderlos. Así, en su transversalidad, Doméstico enlaza fuertemente experiencias relacionadas con la familia y  el arte.

 

Aquí encontrarás tres poemas leídos por la autora. El primero es especial porque fue pensado originalmente con una segunda voz, la de su madre, así que podrás escucharlas a las dos en el poema 33-30.

 

 

33-30

 

no hablamos de quedarnos

nunca

hablamos de quedarnos

apenas de no estar a la intemperie

cómo crece el diente de león en los restos de tierra de los andenes

y nosotros

nos hace falta

tanto abrigo

tanto cuidado cuando

decimos que somos tan resistentes

¿cómo?

me hiciste venir y acomodarme

 

me dijiste “hazla tuya”

esta tierra que no es de nadie

me dejaste escoger la posición de los cuadros en las paredes

 traer mis muebles

todo lo verdaderamente importante quedaba en otra parte

podía verlo

a través de esa ventanita de campo

acomodada a la fuerza en una casa de ciudad

 

me moví entre los cuartos sin poder dormir en ninguno

Traté

es malsano que llenes esta casa de materas, el aire adentro me marea

me dijiste

pero ningún jardinero puede ser nómada

 

no me dejaste

quemar un incienso

el aire de esta casa me marea

 

te parecía que este era un invernadero absurdo

mientras afuera no crecía nada

 

pero

¿cómo?

 

si siempre tengo que estar lista

para cuando digas

vamos a irnos

 y en un abrir y cerrar de ojos dejar que todo también se vaya

 

 

penitencia


me gusta recorrer el borde del baldosín mientras me baño
me quedo bajo el agua con los ojos cerrados
y con el índice

dibujo

el nombre que no te di

es una premonición

 

hago el mismo movimiento

mientras

dejo que me lave

la repetición

mientras

dejo que me lave

tu rostro

¿cuál sería?

frente al espejo

empañado

mi rostro

 

me gusta pensar en la forma de las gotas que se escurren por la cortina plástica

en mi mente se disipa

todo lo demás

toda la sangre

queda solo       una imagen fija

parece casi un cuerpo

la forma

en que las gotas que se juntan en la cortina

 

muevo con un pie el charco que se ha hecho

una imagen fija

me quedo un momento quieta con los ojos cerrados

espero a ver si así mi carne

se equivoca

y olvida

el nombre que no te di
aparece diluido
entre el mugre del piso

 

 

Balada (de)pendiente

 

A Nan Golding

 

1.

purga la tierra que pisamos

lame

el asfalto caliente que nos quemó la piel

recorre el hematoma

recorre la costra antes de que caiga

 

restituye

el daño que hemos hecho

al cuerpo en que cabe

poco más que otro día

 

2.

no podemos

 

seguimos rogando

uno más          uno

más     uno solo más

de los recorridos

ingrávidos

 

3.

quebramos

otra promesa de recuperación

para fingir salvar lo que no se cierra

 

4.

crema dental en mi índice derecho y

en tu dedo índice yo

líquida larga y dulce

en tu dedo índice el último contacto

repite la familiaridad de lo perdido

lame

la certeza árida de desconocernos

lame

la certeza de que no sabremos

de la piel nueva bajo la costra

 

no podremos jamás

purgar la cama en que no dormimos

 

5.

dame

una dosis más alta

 

los resultados jamás serán concluyentes

incapaces de decir lo que nos hicimos

 

 

 

 

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