Un Lugar para Ti

Poesía colombiana: JONY ALBINO ARENAS MORENO

Tiempo de lectura: 2 minutos

Jony Albino Arenas Moreno

Nechí-Antioquia, 1991 – Medellín, 2017

 

La contraportada de Montaraz, su único poemario, editado por  Zarigüeya, de Medellín, dice: “Jony era del monte. Creció entre montañas, a orillas del río Nechí, en el norte de Antioquia. Eran tiempos violentos y por eso sus versos están como heridos de muerte. No quiso prolongarse demasiado entre los vivos, tal vez sus versos sean menos efímeros”. Esperamos que así sea.

 

INVENTARIO

 

Doscientos cincuenta gramos de cabellera

Un lunar en la mejilla derecha

Una cicatriz en el labio superior.

Nueve dedos de manos huesudas

Una memoria resentida y minuciosa

Una conciencia parlanchina y pervertida

Siete amores fracasados

Ocho noches de sexo memorable

Tres amigos

Todos los huesos menos tres

Seis besos en ocho años

Un litro de lágrimas

Un amigo ahogado

Cuatro borracheras

Dos mordeduras de serpientes

Un padre para siempre altivo y guapo.

Siete cartas recibidas

Una noche de delirios

Quince años once meses y contando…

 

EN LAS MAÑANAS VOY A TRABAJAR

 

En las mañanas voy a trabajar.

De las casas de palma de los pobres

Sale humo de los fogones.

Los pobres van al trabajo,

Son tan tristes los pobres

Cuando son felices

Su felicidad

Es la euforia de caballos desbocados

Hacia el abismo.

No sé si odian el silencio

Cuando están en el monte

Hablan siempre.

Uno me dijo que si pasa

Más de cinco minutos sin hablar

Siente que el monte se lo traga.

¡Qué maravilloso! Pensé yo

Voy a menudo a solas

Paso horas y horas en silencio

A cada regreso siento que una parte de mí

Se ha quedado en el monte.

Sé que un día iré y

No tendré por qué volver por aquí.

 

TONADA PARA UNA DESPEDIDA

 

Toma mi mano que voy de salida.

Con esta mano te estoy diciendo adiós

Con esta mano que tiene un dedo de silencio.

 

De retorno al árbol voy

A colgar de sus ramas igual que fruto inútil

En busca de caer a sus raíces para hacerme savia

Ascender por su tronco hasta ser hoja, sombra

Para el bosque.

 

Pon tu caricia sobre este hueso

Que pronto será humo, ausencia, nada,

Ah, lo ignoras, pero hablas con un fantasma

Casi es madera la mano que tocas.

 

Me estoy yendo

He encontrado un atajo al silencio

Con pie desnudo doy ya los primeros pasos

tiemblo, tengo miedo, nada sé del silencio

como un niño hacia los brazos de la madre.

 

Te digo adiós con lo que aun queda de mí

Así, se caen a pedazos los árboles

Te veo desde el recuerdo y

Mi voz es la voz del que se ha ido.

 

Si ahora pusieras tu mano en mi pecho o tu

pecho en mi mano

mano y pecho, cuánta tierra tendrían que

salvar

pecho y mano, extraviarían los caminos

¡qué arduo es volver del silencio!

 

Toma el recuerdo de mi mano

estoy lejos ahora, te veo como quien cruza un

río y olvida

voy subiendo entre los árboles

mi lengua aprende el lenguaje de la hoja.

 

Selección de poemas realizada por el poeta Daniel Padilla Serrato (Contacto: bakudafi@gmail.com), del poemario Montaraz ( Zarigüeya, 2017).

 

 

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