Theodore Roethke
(Michigan , 1908-1963)
El caracol y al abismo
Theodore Roethke es un poeta raro por lo maravilloso: raro en el sentido de inusual, salmón contra la corriente. También se podría decir que es un poeta oscuro, y que su complejidad llega a lo incomprensible. Pero no es tanto así. Es fácil denominar a un poeta como extraño o incomprensible. Es la salida más inocente, incluyendo a los poetas que no saben escribir buenos versos. No es el caso de Roethke. Como William Blake o Gerald Manley Hopkins demostró que sus alas se agitaban entre lo visionario y experiencial, entre la caída y la algarabía.
Se trata de un poeta fundamental dentro del riguroso campo de la poesía norteamericana del siglo XX. Un poeta que escribía villanelas, sextinas, endecasílabos, y jugaba con el lenguaje y sus sonidos en inglés. Apostaba al juego para desmenuzar el paso de la existencia. El abismo era su sino, y la experiencia vital, su epidemia.
Creció muy cerca del invernadero que cuidaba su padre. El mundo interior de su espíritu fue forjado en el invernadero, el paisaje y los ríos de su niñez. En sus poemas vuelan el aire y la tierra. También se zambullen y se desangran cormoranes, garzas jorobadas, sanguijuelas, y peces con la boca espinosa. Vuela sobre sus campos una foresta de insectos, plantas, aves y raíces. Salta el poeta desde la tierra tranquila hasta la desesperación, buscando a veces, un encuentro con lo invisible.
De The Far Field (1964)
Once more, the Round
What’s greater, Pebble or Pond?
What can be known? The Unknown.
My true self runs toward a Hill
More! O More! visible.
Now I adore my life
With the Bird, the abiding Leaf,
With the Fish, the questing Snail,
And the Eye altering all;
And I dance with William Blake
For Love, for Love’s sake;
And everything come to One,
As we dance on, dance on, dance on.
Una vez más, la ronda
¿Qué es más grande, un Guijarro o un Estanque?
¿Qué se puede conocer? Lo Desconocido.
Mi verdadero yo corre hacia una Colina
¡Más! ¡Oh más! visible.
Ahora adoro mi vida
Con el Ave, la Hoja que resiste,
Con el Pez, el Caracol que busca,
Y el Ojo alterándolo todo;
Y bailo con William Blake
Por amor, solo por Amor;
Y todo deviene en Uno,
Mientras bailamos, bailamos, bailamos.
La versión del poema en español y el comentario son de Miguel Angel Zapata, poeta, ensayista, traductor peruano y profesor de Literatura Latinoamericana y Artes Visuales en la Universidad de Hofstra (Nueva York). Dentro de su obra encontramos entre otros, La ventana y once poemas (Cuadrivio, México, 2014), Ensayo sobre la rosa. Poesía selecta 1983-2008 (Universidad de San Martín de Porres, Lima, 2010) e Iguana (FCE, 2005).