JARÁ NAÚM
(Réthimno, Creta, 1985)
EL SEÑOR MOT Y LA MEDUSA
Entre tantas ventanas naufragadas en las estropeadas entrañas –cortinas- y un enchufe de varias bases en cortocircuito Mot se levanta titubeante con la facilidad del buzo que se mueve entre corales Mira el espejo Recoge las rajas de su boina Mira la granada cristalina y exprimida en el suelo Selecciona una a una las semillas para buena suerte Se las traga sin masticar Lleva la gabardina del espejo y se precipita a las teclas de la puerta Una nota borracha –una LA inquieta, creo- cruje y Mot sale al Umbral y pasa a la época de la medusa recogida
Es hora de que descuelgues la lámpara de mesa de tu cabeza le responde ella Mot obedece y se va sin hogar para la oficina de las sombras Hasta que llega va picando del pan destinado a las palomas por si de repente les salen alas en las orejas o en los hombros La medusa detrás burlándose de él vagando su masa –esa ridícula gelatina No es más que una ruta corriente hacia el trabajo y Mot ese afligido malabarista sabe bien que de su medusa-ira no se librará a no ser que la cubra de una vez por todas con su gabardina
Así la medusa no aparecerá más en el espejo
Así la liebre de la pared no monopolizará el reloj de madera
Y las manos de Mot
Esas gigantescas manos vulnerables –con qué frecuencia se constipaban
Valiosas manecillas del reloj de la ciudad provinciana
-la derecha la hora la izquierda los minutos-
Indicarán siempre equinoccio de primavera
(pero esto es otro poema que no será escrito jamás porque los hombres tienen miedo)
DESPEJARSE
La ciudad
Billones de noches
es incendiada
por estrellas de cañón corto
Y ni siquiera una herida
ni un techo ladeado
ni manos manchadas
del tiroteo
Traducción, de Virginia Lopez Recio, en revista Omnibus, No 50, año 2015.