Un Lugar para Ti

Poesía y perspectiva de género I

Tiempo de lectura: 7 minutos

Alfonsina Storni

(Capriasca,  1892 – Mar del Plata, 1938)

 

 

Tú me quieres blanca

 

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada .

Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua:

Habla con los pájaros
y lévate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

 

 

Abigael Bohórquez

(Caborca, 1936 – Hermosillo, 1995)

 

 

Del oficio de madre

 

del oficio de madre
puede decir la cárcel por el hijo que se orinó en sus aguas
que le puso una túnica de palos,
que le abrió la palabra machacando saliva con los puños.
que le dio cinturones,
que le tatuó la muerte a navajazos;
del oficio de madre
pueden decir los bares por el hijo
que le inventó un insomnio sin ventanas,
que le dejó caer de madrugada un tufo de metales desgastados,
que manoseó su oído en la disculpa
con un turbio cantar de aguas podridas,
que se le fue de paso por el llanto
rompiendo fecha a fecha el calendario
donde en desuso se cayó, de viejo, un ángel de la guarda;
del oficio de madre
puede decir el hambre por el hijo
que por un cielo en cruz, almidonado,
la retacó de un hueco de pan duro,
de legumbres pretéritas, de repetida sopa,
que por ir que te irás la ropa limpia
le marchitó el pulmón sobre la plancha,
le cegó la retina en los remiendos,
le dio una silla de montar y un freno
de larga servidumbre.
madre,
si para ti no fue el sol,
si no fue hecho a tu alcance el mar abierto,
si sólo para ti fueron las sobras,
el mar cerrado al mar y el desaliento,
si para ti no fue libado polen
ni para ti fue el pétalo nocturno,
alza los puños,
junta a todas las madres de la tierra
y también haz el paro,
organiza motines,
cierra el útero amargo con tus manos
y levántate en armas.

del oficio de madre
pueden decir cosechas malogradas:
oficio mal pagado,
con réditos monstruosos cobrados cada aurora,
sin ganancias,
con egresos de partos y de ojeras,
con ingresos de cal y desencantos,
oficio siempre en quiebra,
sin lugar a la luz, silla sin prórroga,
con altos intereses de mordidas y pólvora,
oficio alfiletero de paredón y ahorcado,
de pateada tiniebla.
madre del sátiro,
madre del mongólico,madre del hambreador y el usurero
madre del asesino, del extorsionador,
y del armamentista
callada madre aún después del golpe,
resignada a pesar del latigazo
madre del agiotista, del gangster,
del morfinómano, del lunático,
tu puedes renunciar,
clausura el vientre,
repudia la fusión del espermato,
escribe a grandes letras tu gemido,
sal a las calles a gritar tu reto,
y aunque ya la conoces
mejor muérete de hambre que te mueran
las bocas matricidas,
muere mejor de sed que en cada vaso
te siga dando el hijo agua de escombros,
mejor muérete estéril,
con el sexo tapiado,
que tu oficio es azahar y es terciopelo
y te lo apuñalamos.

pon enseguida a las puertas del alma
la rojinegra tela
arriba, sin piedad, madre,
A LA HUELGA!

 

 

Pedro Lemebel

( Santiago de Chile, 1952 – 2015)

 

 

MANIFIESTO (HABLO POR MI DIFERENCIA)

 

No soy Pasolini pidiendo explicaciones

No soy Ginsberg expulsado de Cuba

No soy un marica disfrazado de poeta

No necesito disfraz

Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
y no soy tan raro
Me apesta la injusticia
y sospecho de esta cueca democrática
Pero no me hable del proletariado
Porque ser pobre y maricón es peor
Hay que ser ácido para soportarlo
Es darle un rodeo a los machitos de la esquina
Es un padre que te odia
Porque al hijo se le dobla la patita
Es tener una madre de manos tajeadas por el cloro

Envejecidas de limpieza
Acunándote de enfermo
Por malas costumbres
Por mala suerte
Como la dictadura
Peor que la dictadura
Porque la dictadura pasa
y viene la democracia
y detrasito el socialismo
¿y entonces?
¿qué harán con nosotros compañero?
¿Nos amarrarán de las trenzas en fardos
con destino a un sidario cubano?
Nos meterán en algún tren de ninguna parte Como en el barco del general Ibáñez
Donde aprendimos a nadar
Pero ninguno llegó a la costa
Por eso Valparaíso apagó sus luces rojas
Por eso las casas de caramba
Le brindaron una lágrima negra

A los colizas comidos por las jaibas
Ese año que la Comisión de Derechos Humanos no recuerda
Por eso compañero le pregunto
¿Existe aún el tren siberiano
de la propaganda reaccionaria?
Ese tren que pasa por sus pupilas
Cuando mi voz se pone demasiado dulce
¿y usted?
¿qué hará con ese recuerdo de niños Pajeándonos y otras cosas
En las vacaciones de Cartagena?
¿El futuro será en blanco y negro?
¿El tiempo en noche y día laboral
sin ambigüedades?
¿No habrá un maricón en alguna esquina desequilibrando el futuro de su hombre nuevo? ¿Van a dejarnos bordar de pájaros
las banderas de la patria libre?
El fusil se lo dejo a usted
que tiene la sangre fría
y no es miedo
El miedo se me fue pasando
De atajar cuchillos
En los sótanos sexuales donde anduve
y no se sienta agredido
Si le hablo de estas cosas
y le miro el bulto
No soy hipócrita
¿Acaso las tetas de una mujer
no lo hacen bajar la vista?
¿No cree usted
que solos en la sierra
algo se nos iba a ocurrir?
Aunque después me odie
Por corromper su moral revolucionaria
¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?
y no hablo de meterlo y sacarlo
y sacarlo y meterlo solamente
Hablo de ternura compañero
Usted no sabe
Cómo cuesta encontrar el amor
En estas condiciones

Usted no sabe
qué es cargar con esta lepra
La gente guarda las distancias
La gente comprende y dice:
Es marica pero escribe bien
Es marica pero es buen amigo Súper-buena-onda
yo no soy buena onda
yo acepto al mundo
Sin pedirle esa buena onda
Pero igual se ríen
Tengo cicatrices de risas en la espalda
Usted cree que pienso con el poto
y que al primer parrillazo de la CNI
Lo iba a soltar todo
No sabe que la hombría
Nunca la aprendí en los cuarteles
Mi hombría me la enseñó la noche
Detrás de un poste
Esa hombría de la que usted se jacta
Se la metieron en el regimiento
Un milico asesino
De esos que aún están en el poder
Mi hombría no la recibí del partido
Porque me rechazaron con risitas
Muchas veces
Mi hombría la aprendí participando
En la dura de esos años
y se rieron de mi voz amariconada Gritando: y va a caer, y va a caer
y aunque usted grita como hombre
No ha conseguido que se vaya
Mi hombría fue la mordaza
No fue ir al estadio
y agarrarme a combos por el Colo Colo
El fútbol es otra homosexualidad tapada Como el box, la política y el vino
Mi hombría fue morderme las burlas
Comer rabia para no matar a todo el mundo Mi hombría es aceptarme diferente
Ser cobarde es mucho más duro
yo no pongo la otra mejilla
Pongo el culo compañero

y ésa es mi venganza
Mi hombría espera paciente
que los machos se hagan viejos
Porque a esta altura del partido
La izquierda tranza su culo lacio
En el parlamento
Mi hombría fue difícil
Por eso a este tren no me subo
Sin saber dónde va
yo no voy a cambiar por el marxismo
que me rechazó tantas veces
No necesito cambiar
Soy más subversivo que usted
No voy a cambiar solamente
Porque los pobres y los ricos
A otro perro con ese hueso
Tampoco porque el capitalismo es injusto
En Nueva york los maricas se besan en la calle Pero esa parte se la dejo a usted
que tanto le interesa
que la revolución no se pudra del todo
A usted le doy este mensaje
y no es por mí
yo estoy viejo
y su utopía es para las generaciones futuras Hay tantos niños que van a nacer
Con una alíta rota
y yo quiero que vuelen compañero
que su revolución
Les dé un pedazo de cielo rojo
Para que puedan volar.

 

 

Karen kano

(Ciudad Juárez, 1990)

 

 

Yo también 

 

Yo también quiero un hombre
para hacerlo mi puta
penetrarlo por el ano
con exquistos gestos de deseo y desprecio
para desvirgar cada orificio con mis dedos
hasta hacer de su cuerpo, un cascarón agujereado
como un queso
agarrarle la cola y presumirlo
como un trofeo
porque es mío
porque yo me lo apropio cada que lo meo
yo también quiero un hombre
para culearlo en días festivos
para sujetarlo de la cabeza
y restregar su boca con mi pubis
no importa que no respire
dejar que pasen los días y no llamarlo
dejar que pasen las noches y un
día aparecer en la puerta
decirle “Hola perra”
sonreír orgullosa cuando se ponga en cuatro
y meterle mi falo de plástico
un hombre para repetirle que no llore
para divertirme
para beberme sus horas más felices
para que me haga venirme
una, dos, las veces que yo quiera
porque soy incansable
porque no tengo límites
y después quiero otro hombre
más o menos parecido
para darle un anillo bonito
y decirle que a él sí lo amo.

 

Cesar Cañedo 

(El fuerte, Sinaloa, 1988)

 

 

María y Magdalena

 

Pero mira cómo beben las vírgenes su río,

Pero mira cómo beben el fruto de su estío,

Beben y beben y vuelven a beber
Las vírgenes entre ellas para sentir placer.

Cantar de Pastor-ella.

 

María abrasa a Magdalena
se reconoce a sí misma
en cada espasmo,
en la perla tupida de floresta,
en el sándalo púrpura del dedo,
en la vestal cocupiscencia oculta
de vírgenes ungidas de paráclito.
Vainas sagradas,
envueltas en un manto de estrellas que punzan,
rozan, amasijan, redoblan,
amamantan la tierna y blanda carne.
“Puerta del cielo eres,
Dios te salve, María”,
le dijo Magdalena
al oído, trémula, gimiendo.
“Y tú, consoladora y reina,
mi torre de marfil,
mi casa de oro, Magdalena”,
replicó la otra
entre mares de espuma suya.
Gozosas de concha nácar,
de melodías de salterio,
de ritual de palomas encontradas,
las vírgenes florecen
son lunas ascendentes de mareas
y mieles descendientes se ladean
y despiden un olor castísimo
de jazmines y flores de naranjo.
La Virgen mira al cielo
en éxtasis supremo
y se encuentra con Ése que vigila.
“No temas, María,
que serás Virgen eterna y Santa Altísima,
porque no te ha tocado Varón”.
Para un perfil de Manhunt.net

 

De hombre a hombre y de un lugar al tuyo,
cauce lascivo de tu áspid sigo
mas si descubro que no vales, ¡huyo!
y el ciclo de la búsqueda persigo.
Penetrar tus abismos, es, amigo,
provocación de este virtual barullo.
De la solaz chaqueta a estar contigo
lo segundo es mejor, ven, yo te instruyo.
Con frenesí tu retaguardia invoco
y entro y voy a donde diga y mande
el antifaz crecido de tu glande.
Mi humanidad entera te coloco
y para no hacerte el cuento grande
dejarás de temer hasta del coco.

 

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